sábado, 10 de noviembre de 2007

¿Dónde están las llaves, matarile, rile rile...?







El profesorado de Primaria, de ésta, nuestra Comunidad, vive sin vivir en sí, y al borde de un ataque de nervios, a causa de los plazos imposibles que nuestra excelsa Consejería les ha impuesto para realizar las concreciones curriculares derivadas de la aplicación de la LOE.
Mientras, en mi cole favorito, han organizado una de sus exposiciones. Bueno, vale, ya sabemos que en Infantil no hay presión de currículo, ni de competencias básicas, ni de objetivos de etapa o de ciclo, ni criterios de evaluación, ni atención a la diversidad… Infantil sigue viviendo en los Mundos de Yupi. ¿O no? A las pruebas me remito:
Fueron a ver la correspondiente exposición en el CMAE (Centro Municipal de Arte y Exposiciones), previa preparación en clase a base de realizar hipótesis, exponer lo que cada cual sabía del asunto, ver libros sobre todo tipo crámicas y ceramistas.
Realizaron el trayecto, a pie, tan pichis, por las calles del barrio. Hicieron la visita respetando las normas de comportamiento en un evento de estas características (que ya se las saben porque, llevan, desde los tres años, haciendo visitas a exposiciones, museos...). Contemplaron las obras y las comentaron, cada cual con su catálogo; preguntaron a su maestra y a la guía, se interesaron por la autoría, los títulos, los materiales, las formas...
De vuelta al aula, decidieron (¡faltaría más!) que también querían hacer su propia Exposición de Cerámica. La organizaron y planificaron, como llevan haciéndolo desde que estaban en EI-3, con el cuidado especial con el que se organizan eventos que se van a mostrar al exterior. Realizaron varias piezas. Las decoraron, escogiendo colores y la forma de aplicarlos, según su propia inspiración artística. Eligieron las que formarían parte de la exposición. Les pusieron un título, que cada cual discurrió y escribió, con ayuda de la maestra, o sin ella, primero en borrador y luego, con más cuidado, en el rótulo que acompañaría a la pieza. Decidieron el lugar, la oportunidad de las fechas, la disposición del espacio y la colocación de las obras.
Hicieron el cartel anunciador, después de un exhaustivo estudio sobre la tipología de los carteles, que situaron en un lugar estratégico para que todo el mundo pudiera verlo.
También diseñaron su propio catálogo.
Discutieron y llegaron a acuerdos sobre el título general de la exposición, los elementos, verbales y no verbales, que deberían incluir en el cartel y en el catálogo, así como la información que proporcionaría a sus potenciales visitantes. Realizaron una invitación formal a las familias y, por fin, se procedió a inaugurar la exposición en toda regla. Acompañaron a sus familias y amistades en la visita. Comentaron las piezas y aclararon dudas.
Efectivamente, en Educación Infantil no existe la presión del currículo, ni de los objetivos, ni de los criterios de evaluación, ni de las competencias básicas.
Y digo yo: A Pekín, ¿pa qué?