sábado, 30 de diciembre de 2006

Un día, después




















de mucho reunirse, de mucho comentar, de mucho planificar, las Maestras decidieron que el viernes, después del recreo, iba a ser El Día de los Talleres. Cada una eligió lo que mejor se le daba: cuentos, juegos tradicionales, teatro, cacharros, expresión corporal, barro... A cada taller podría apuntarse quien quisiera, sin tener en cuenta su edad.
Durante toda la semana, las familias y las maestras fueron aportando los materiales de reciclado que se convertirían en las piezas de los nuevos juguetes. Cuando llegó el viernes había tantos materiales como para montar varias Cacharrotecas.
Como se puede apreciar en este (reportaje) gráfico, las manos infantiles son capaces de convertir cualquier cosa en un juguete maravilloso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde luego esto es para verlo. Qué afortunadas estas criaturas a las que se les permite desde pequeñitas participar, elegir y tomar decisiones. Esto es educar en valores y preparar para vivir en democracia ¿no?

madre dijo...

me parece bien lo que dice begoña